"El confinamiento me recordó a mi niñez, a los toques de queda que había en mi pueblo cuando había alguna situación de violencia, me reencontré con ese silencio"
La cantante y compositora Lila Downs, una de las artistas más relevantes de México, tendría que haber pasado por A Coruña el pasado mayo para presentar su último trabajo, Al Chile, un disco de fusiones que habla de identidad y mezcla la reivindicación con la alegría. Si no se cruza en su camino otra pandemia, podrá hacerlo en el escenario del teatro Rosalía el 4 de febrero de 2021.
Iba a ser su primera vez actuando en A Coruña. ¿Qué supone para un artista suspender una gira de una forma tan drástica?
Esta enfermedad mundial es una situación única, yo supongo que en un futuro miraremos atrás con memorias tristes, pero también buenas, porque de todo lo difícil se aprenden muchas cosas.
¿Aprenderemos algo?
Sí, yo creo que sí. Hay mucha gente muy pesimista, muy cínica, porque tenemos ese lado en la humanidad. El lado optimista lo veo con mi familia, hay más cercanía de nuevo, tenemos que enfrentarnos con situaciones con las que antes no habíamos podido por el trabajo y el ritmo de vida. Lo vivo con mi hijo de 9 años, es lindo estar atenta con él y con sus tareas, es una cercanía que nos hace bien.
¿Ha sacado algún elemento inspirador del confinamiento?
Sí, por supuesto. Compuse El Silencio. Desde que empezó el toque de queda, me recordó a mi niñez, crecí en un pueblo pequeño en la Mixteca de Oaxaca, y ahí estamos rodeados de pinos y montañas. Cuando había alguna situación seria de violencia en nuestra comunidad, se cerraban las puertas. Me recordó a eso. Salía a andar por la montaña y recuerdo un silencio maravilloso. Me reencontré con ese silencio y con una persona que fui.
No ha sido nuevo para usted el encierro, entonces.
Sí, en cierta forma. Es volver a estar con uno mismo, también para toda la humanidad, el quedarse en casa es reencontrarte con los libros y las canciones con las que creciste, y con el sitio. Estoy en una casa en la que no crecí, pero fue donde volví a Oaxaca, mi tierra, y eso hace que vuelvan muchas memorias. Es una especie de terapia a nivel internacional. También trae cosas negativas, te acuerdas de muchas cosas que tienen que cambiar. Muchos de nosotros tenemos el privilegio de quedarnos en casa, pero no es así para todo el mundo. En Estados Unidos ha estallado una situación que habla del racismo, pero también de unas consecuencias sociales y económicas grandes.
Siempre ha reivindicado su identidad mexicana, pero también su ascendencia estadounidense. En vista de todo lo que está ocurriendo con el problema del racismo, ¿le duele su país?
Duele mucho. Es algo que todos los que tenemos tonos diferentes del blanco hemos percibido. Yo soy mitad blanca, pero soy percibida como morena, me ponen en un lugar diferente. A veces de forma literal: cuando cruzas la frontera, en ocasiones te ponen a un cuarto donde te revisan, aunque seas ciudadana, y eso es un insulto a tu dignidad. Esta situación ocurrió en toda mi niñez y en toda mi vida, hay que estudiar la historia y el contexto de razas y de opresión. Por otro lado, la manera espiritual: se utiliza la moralidad y la religión para justificar ciertas diferencias entre los humanos. Hay otras áreas de la sociedad en la que vamos mejorando.
El pueblo latinoamericano se solidarizó con las reivindicaciones de la comunidad afroamericana. ¿Empatía por la vivencia común?
Sí, porque somos iguales. Somos parte de esta gran humanidad y compartimos elementos culturales, por supuesto, también en el contexto histórico. A veces hay ignorancia sobre nuestros orígenes y nuestro camino en la historia de Norteamérica. Los que somos de habla hispana tenemos ese gran privilegio de defendernos un poco más porque tenemos un idioma común en el que a veces nos refugiamos demasiado, y nos distanciamos con nuestros hermanos afroamericanos.
Son muchos artistas los que se han posicionado en los últimos días, usted entre ellos. ¿Es una responsabilidad, en cierta medida, ser un altavoz para estas causas?
Sí, creo que es una responsabilidad como ciudadana, como ser humano, como mujer. Le debemos el marcar un paso con opiniones, o, en mi caso, dejar canciones, dejar maneras de ser, como una obra de fuerza para unir a las mujeres que venimos de diferentes caminos de vida, más rurales, de la ciudad, de etnias diferentes? En México tenemos 64 etnias diferentes, vivas y hermosas, y en el mundo tenemos una diversidad enorme de la que podemos aprender, que además nos enriquece. Nos hace bien verlo como una riqueza.
¿Saldrá algún proyecto nuevo de todas las emociones que está viviendo estos meses?
Estamos componiendo, sí. Hay mucha inspiración, estamos componiendo temas diferentes, algunos sociales, otros desde la intimidad? para mí es nuevo, porque he hecho más canciones narrativas, como corridos o cumbias, que cuentan historias, y de esa forma he puesto la tensión en ciertas personas que representan belleza. Ahora compondré desde mi corazón y desde las reflexiones más íntimas, y eso es nuevo y difícil.
La pandemia interrumpió la gira de presentación de Al Chile , su último proyecto, que es un concepto totalmente diferente, trae alegría y fiesta.
Sí, es para bailar, trae alegría. Es para festejar el chile, este manjar que nosotros le ofrendamos al mundo y que provoca mucha felicidad y mucho sufrimiento, porque el picante se puede sufrir. Se trata de la fiesta, de bailar, de incorporar géneros latinoamericanos, como la cumbia, que toma un lugar importante en México, que aquí representa algo más ritual. Quise componer una canción que hablase de eso. Estábamos muy emocionados con la presentación de este disco.
Sobre el chile ya hablaba Chavela: "picante, pero sabroso". ¿Es una alegoría de la identidad mexicana?
Es en parte su contexto, nuestra historia, la letra de la canción traté de provocar ese sentir, cuando uno quiere comer y tomarse una cerveza con el chile. Pensar en la gastronomía mexicana, que siempre incluye este condimento tan importante, además de que nos representa de alguna manera nuestro carácter, somos dulces, pero tenemos un lado bravo y guerrero. Ese es el carácter del chile.
En el disco, recupera temas con un mensaje muy vigente como el Clandestino de Manu Chao. ¿Cómo se integra la reivindicación con la alegría sin que suene frívolo?
El contexto histórico de la comida es muy importante cantarlo. Estoy escribiendo este análisis, un poco más profundo, sobre por qué la música no es tomada en cuenta tan formalmente, cuando la música es un documento histórico. Habría que batallar por esto. Yo no soy tomada tan en cuenta, a la par que la música tradicional, quizás porque soy mujer, porque compongo canciones que hablan del folclore, que es tomado como un arte más bajo en nuestra cultura. Es interesante preguntarse esto. Las cantantes también tenemos algo por lo que no nos toman tan en cuenta, nuestra cultura nos hace de menos, quizás en el ambiente clásico, a la diva se la toma más en serio, pero levemente. Es triste.
marta otero | ENTREVISTA EN LA OPINIÓN DE A CORUÑA