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La obra musical de Pablo Milanés ya está disponible en formato digital con el sello Universal Music Spain

La última entrega que completa el catálogo digital del músico Pablo Milanés ya está disponible desde este viernes, 2 de julio, en todas las plataformas digitales. El tercer bloque de canciones está compuesto por los álbumes de estudio propios del trovador cubano, que abarcan grabaciones desde mediados de los años 70, hasta hoy en día.


Universal Music Spain, que recientemente inició una colaboración con el músico para distribuir la totalidad de su catálogo, hace entrega en esta ocasión de una veintena de discos disponibles que se pueden escuchar, por primera, vez en todas las plataformas digitales.


Cerca de 200 canciones conforman este grupo de discos que recoge los álbumes legendarios del trovador, quien decidió, en la mitad de los años 70, que la grabación de su primer disco de estudio fuese el dedicado a musicalizar los poemas del poeta y pensador fundamental de su país, José Martí (1975). Un disco, convertido ya en un clásico, que se suma a aquellos dedicados a unir la música y la literatura por parte de muchos compositores. Siguiendo esa línea, en 1982, hace homenaje a la poesía de Nicolás Guillén, en una placa que por primera vez se grabó el conocido tema ‘Canción / De qué callada manera’.


Si bien Pablo comienza a componer desde su adolescencia, no es hasta el año 1976, cuando consigue grabar su primer disco con composiciones propias. ‘La vida no vale nada’, que fue el primero de muchos de los discos que Pablo grabó a lo largo de su carrera, sumándose en esa década ‘No me pidas’ (1978) y ‘Aniversario’ (1979). Encontramos, entre esos vinilos de entonces, canciones que lo identificarían hasta el presente, como ‘Para vivir’, ‘Yo pisaré las calles nuevamente’, ‘El tiempo, el implacable’, ‘Ya ves’, ‘Yo no te pido’ y ‘Son de Cuba a Puerto Rico’.


Los años 80 fueron muy prolíficos en su discografía. Además de algunos discos en colaboración y los dedicados a recuperar la canción tradicional cubana, Pablo graba ‘Yo me quedo’ (1982), con arreglos de Ricardo Miralles y donde quedó registrado, por primera vez en un álbum propio, la imperecedera ‘Yolanda’, aunque fue compuesta en 1970. Le siguen ‘El Guerrero’ (1983), ‘Comienzo y final de una verde mañana’ (1984), ‘Buenos días, América’ (1987) y ‘Proposiciones’ (1988). Casi la totalidad de estos discos fueron grabaciones realizadas en los estudios Egrem de La Habana y acompañado por los músicos que integraron su agrupación musical, desde finales de los años 70: el destacado bajista, compositor y arreglista Eduardo Ramos; los pianistas Emiliano Salvador y Jorge Aragón, éste último desde 1983, y el percusionista Frank Bejerano.


En la década de los 90, no deja de producir, además de grabar la mayor parte de los discos de filin, a inicios de esa década, y aparecen títulos no tan sonados, pero igualmente memorables para él como ‘Identidad’ (1990), ‘Canto de la abuela’ (1991), ‘Orígenes’ (1994), ‘Plegaria’ (1995), ‘Despertar’ (1997) y ‘Vengo naciendo’ (1998), reuniendo temas que ya han trascendido como ‘La soledad’, ‘Si ella me faltara alguna vez’, ‘El pecado original’, ‘A caminar’ o ‘Todos los ojos te miran’ y ‘Hay,’ entre muchas otras. Grabaciones realizadas, junto con nuevos músicos que lo acompañan hasta el día de hoy, como Miguel Núñez, pianista y director musical. Completaron ese grupo, incorporado a las filas musicales de Pablo por ese tiempo, el violinista y arreglista Dagoberto González; los percusionistas Eugenio Arango y Osmani Sánchez; Germán Velazco, saxo y flauta, y los bajistas Luis Ángel Sánchez ‘El gato’ y Sergio F. Raveiro ‘El Indio’.
Pablo inició el siglo XX con un disco fundamental, ‘Días de Gloria’ (2000), seguido del álbum ‘Como un campo de maíz’ (2005, Latin Grammy al mejor Álbum de Cantante y compositor), ‘Regalo’ (2007), ‘Renacimiento’ (2013) y ‘Standards de jazz’, un álbum original en su recorrido, cantado en inglés y en el que suenan versiones de standards de jazz americano, como ‘Stardust’ o ‘Fly me to the moon’.


Una extensa producción que recoge diferentes y ricos géneros musicales cubanos (bolero, son, rumba, changüí, conga…) y otros como el jazz, la bossa nova o la música renacentista y barroca. Un paseo musical entre poemas de temática amorosa y otros de profundo contenido espiritual y social, pero sobre todo una obra profundamente cubana.


Más de 60 años de composición, que dieron origen a un repertorio significativo en el patrimonio musical latinoamericano, de la segunda mitad del siglo XX y parte del XXI, y que a lo largo del tiempo ha sido testigo de la transformación de diversos soportes musicales: desde los formatos físicos en vinilo, los casetes y los CDs (casi extintos), hasta la música digital que posibilita un acceso global, como ahora el público tiene la oportunidad de escuchar la obra completa de Pablo MIlanés.

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